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Canal de Castilla. Sueño ilustrado

El Canal de Castilla fue un sueño modernizador de la ilustración española que intentó la utopía de unir la Tierra de Campos con el mar, a través de un canal artificial apto para la navegación de personas y mercancías. La obra inconclusa duró más de cien años, incorporando el modelo de esclusas ovaladas, diseñado por Leonardo da Vinci, y llevaría la vida, en forma de agua, a una de las zonas más secas de España. Este documental mudo, rodado en 1931 por el cineasta y aviador militar salmantino Leopoldo Alonso, ha sido el primer filme de su género en recibir el título de BIC (Bien de Interés Cultural). Para su proyección contaremos con la presencia de la guitarrista Montserrat Ardèvol que interpretará una serie de piezas contemporáneas a la realización del documental, acompañando con su música la acción fílmica.

Así es Viesgo

Película propiedad de Iberdrola que ha sido cedida a INCUNA para esta II Muestra Internacional de Cine sobre Patrimonio Industrial y Paisajes Culturales.

Un repaso por los saltos y centrales de Iberdruero: Cuenca del Navia. Presa del salto de Arbón que fue puesto en servicio en 1967, turbinas de la central con capacidad para 56.000 kW., cuadro de mandos, líneas y turbina antigua de madera. Embalse de Doiras (años 30). Recrecida de la presa y central de Silvón, dos equipos de 63.000 kW., líneas. Embalse de Grandas de Salime, presa de 134 m de altura, túnel de acceso a la central, relieve artístico en su entrada diseñado por Joaquín Vaquero Palacios, así como la decoración de los murales interiores de la central que se visita en el documental, puesta en servicio en 1963. Conservación del castro Celta de Coaña, el más importante de Asturias. Subestación de Siero y central de Urdón. Río Cares, Saltos de Arenas y central de Camarmeña (1921), central y Salto de Torina (1921). Río Pisuerga, Presa de Aguilar construcción de la central en 1964 por concesión para su explotación eléctrica, vistas de la central y líneas a la subestación de Mataporquera. Central térmica a carbón de Soto de la Rivera, compartida con Hidroeléctrica del Cantábrico y la Compañía Eléctrica de Langreo, térmicas de Ujo y Guardo, esta última propiedad de TERMINOR (Centrales Térmicas del Norte de España) propiedad de Iberduero y Viesgo, interior de la central y subestación. Central nuclear de Santa María de Garoña, propiedad de NUCLENOR (Iberduero-Viesgo), que se pone en marcha en marzo de 1971, turbo alternador, sala de control. Cuadro de mandos de la subestación de Puente de San Miguel. El control y gestión se realiza desde el centro de mandos de Santander. Pruebas de resistencia de aisladores. Planos del ordenador central de la oficina e impresión de recibos. Proyectos para el futuro, se está a la espera de la autorización para la construcción de la Central Nuclear de Santillán, en la costa de Cantabria, mientras tanto se realizan sondeos geológicas del terreno y mediciones de la velocidad del viento. Nieves en las cumbres como futura fuente de energía. Planos de diversos aliviaderos abiertos.

Electrificación de la rampa de Brañuelas

Entre Brañuelas y Torre de El Bierzo, puntos considerados inicio y fin de la rampa ferroviaria, hay poco más de 11 kilómetros en línea recta, y una diferencia de altitudes de 300 metros, que la línea de tren recorre en algo más de 21 kilómetros, casi el doble.
Esta dificultad en el trazado produjo que a la hora de construir la línea, ésta se detuviera en Brañuelas desde enero de 1868, transbordando cargas y pasajeros a una carretera construida por la compañía ferroviaria que permitía enlazar con el tramo gallego ya en servicio. En febrero de 1882 entre Ponferrada y Brañuelas comenzaron a circular trenes, en un trazado complicado con rampas frecuentes y salpicado de túneles.
La verdadera mejora de la rampa llegó con su electrificación en los años 40 del siglo XX y la posterior instalación del primer CTC europeo. El “Primer plan de electrificaciones” de Renfe de 1946 ya incluía el tramo entre Torre de El Bierzo y Brañuelas, extendido hacia Ponferrada y León posteriormente. Las locomotoras eléctricas comenzaron a circular en diciembre de 1949, temporalmente bajo la tensión de 1.500 voltios en corriente continua.